En el marco del Día Internacional de la Mujer, en la FICH reflexionamos acerca de la experiencia de docentes e investigadoras en esta disciplina, que en otras épocas estuvo asociada preponderantemente al ámbito masculino.
Históricamente, el estudio de la ingeniería en Argentina estuvo mayormente reservado a los varones. No obstante, sobre todo en las últimas dos décadas, la matrícula femenina en las carreras de Ingeniería comenzó a torcer esta estadística, al tiempo que surgían nuevas oportunidades laborales para las mujeres en empresas o industrias.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, la FICH se propuso reflexionar acerca de este tema, especialmente a partir de testimonios de algunas docentes investigadoras de las diferentes disciplinas de la facultad, quienes contaron su experiencia personal en el mundo de la ingeniería.
Natalia Bas
“Visibilizar el aporte científico de las mujeres en la ingeniería constituye un modo de poder deconstruir ciertos estereotipos, a los efectos de desalentar su presencia en estos espacios de producción. La posibilidad de desarrollarnos como ingenieras debe formar parte del horizonte de expectativas de cualquier mujer”.
Andrea Bosisio
«El talento femenino tiene mucho que aportar en el mundo tecnológico. Existen muchas posibilidades para la mujer en las carreras tecnológicas. Aceptar este desafío permitirá construir un camino de mayor equidad e inclusión».
Daniela García
«Hoy la mujer, además de su capacidad profesional, es valorada por otras virtudes, como el trabajo en equipo y la intuición. Esto aporta mucho al ámbito de la ingeniería y ha incrementado la presencia de mujeres en los equipos técnicos»
María Luisa Possi
“El rol y la inserción de la mujer en la ingeniería, en las últimas décadas, ha cambiado mucho, tanto en estudiantes como en profesionales. Recuerdo que cuando cursaba Ingeniería en Recursos Hídricos, era la única mujer en el aula, pero ahora hay más equidad. En lo laboral, he tenido la suerte de participar en muchos grupos de trabajo liderados por una mujer”.
Georgina Stegmayer
«La ingeniería es en esencia usar el ingenio, lo cual las mujeres sabemos hacer muy bien, junto con los conocimientos que brinda la universidad para resolver problemas reales y desafiantes, que ayudan a la sociedad a vivir mejor».
Cristina Zalazar
“En mi carrera científica destaco el hecho de haber podido lograr un proyecto de desarrollo tecnológico y social, en el que me tocó coordinar un equipo interdisciplinario de hombres y mujeres con el cual pudimos concretar la construcción de una planta de reciclado de envases de agroquímicos, dándole solución a una problemática ambiental y de salud grave”.
Viviana Zucarelli
“Existe la creencia de que la ingeniería es una carrera difícil y de hombres, pero no es así. A lo largo de todos estos años he trabajado con colegas hombres y mujeres y nunca me sentí discriminada por mi condición de mujer. Si tuviera que definir con una sola palabra cuál fue mi experiencia en la ingeniería, diría pasión. El país necesita profesionales que traten de resolver los problemas existentes, entre ellos con un recurso esencial como el agua”.
Las ingenieras y los cargos jerárquicos
Un caso real que ilustra de qué modo las mujeres fueron mejorando su posicionamiento laboral es el de Nadia Engler. Nació hace 36 años en Esperanza, provincia de Santa Fe. En la FICH estudió y se graduó de Ingeniera Ambiental en 2007, complementando su título con una Diplomatura en Riesgos Laborales en 2013 y un Máster en Alta Dirección de Empresas en 2017.
Al año de graduarse, Nadia comenzó a desarrollar laboralmente su profesión. Trabajó como consultora ambiental en planes de energía, sistemas de gestión ambiental, monitoreo de gases de relleno, proyectos de red de desagües cloacales y agua potable, tanto para organizaciones públicas como privadas.
Desde 2010, es Gerente de Seguridad, Higiene, Medio Ambiente y Calidad de la empresa Austin Powder Argentina SA, División Explosivos, empresa líder del mercado argentino de explosivos, proveedora de la industria minera; canteras, cementeras y caleras, e industria petrolera para prospección sísmica. Opera en Argentina desde 1993 en la localidad de Rafaela, provincia de Santa Fe.
“Mi tarea consiste en gestionar el área operativa y estratégica de la empresa, a fin de cumplir con los estándares corporativos y requisitos legales en la materia. Tengo a cargo 30 personas de manera directa. Superviso tanto plantas productivas como operaciones de servicios en todo el país, y reporto al gerente general de la compañía”, contó Engler.
Consultada por el desafío más importante que le tocó afrontar en el plano laboral, Engler sostuvo que “fue armar desde cero el área donde me desempeño y entender la lógica de una industria bastante particular, dedicada a la fabricación de explosivos; interactuar con corporativos de otros países y formar parte del grupo regional del área”.
En cuanto a la consideración recibida en el ámbito laboral por ser mujer, la ingeniera afirmó que “afortunadamente, mi condición de mujer no ha limitado mi trabajo en la empresa donde me desempeño; siempre he sido escuchada y respetada. De cualquier modo, en el ámbito industrial y/o empresarial aún queda camino por recorrer, principalmente en los puestos de decisión. Si bien las mujeres estamos presentes, seguimos siendo minoría”.
El dato
La FICH fue la primera facultad de una universidad pública del país en crear esta carrera, en el año 1998. En comparación con el resto de las ingenierías que componen su oferta académica (Recursos Hídricos, Informática y Agrimensura), Ambiental registra los valores más altos en la cantidad de graduadas mujeres. Del 20 de agosto de 2004, año en que una mujer –Andrea Gómez– fue la primera persona en graduarse en esta carrera, al 12 de septiembre de 2020, se cuentan en la FICH 182 graduados de Ingeniería Ambiental, de los cuales el 65% son mujeres.