Fue en el marco del acto en conmemoración del 50º aniversario de la facultad. La obra está ubicada en el hall de ingreso al edificio y consiste en un modelado directo de arcilla roja española, con pátina de óxido de cobre y manganeso.
En el marco del acto en conmemoración del 50º aniversario de la FICH, que se llevó a cabo el 3 de noviembre de 2021, se descubrió un mural en el hall de ingreso al edificio.
La obra representa la historia y la proyección de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas. En su 50º aniversario, la FICH evoca experiencias del pasado -cuando nace como Departamento de Hidrología General y Aplicada, en estrecha relación con el entorno político y social, centrado en el campo de los recursos hídricos- y renueva su compromiso de cara al futuro, apostando al fortalecimiento de un perfil amplio y diversificado desde el punto de vista disciplinar, marcado por el desarrollo de nuevas ingenierías en Informática, en Agrimensura y Ambiental.
Es un recorrido que refleja el objetivo de formar profesionales en disciplinas claves para el desarrollo del país, sobre la base de una oferta académica de excelencia y de las funciones sustantivas de la Universidad Nacional del Litoral (investigación, enseñanza y extensión), reafirmando así los valores reformistas y el compromiso con la educación pública.
“Actualmente, en un contexto de cambio de paradigmas, crisis ambiental y escasez de recursos naturales, las ciencias y las artes deben ensayar nuevos modos de dialogar para abonar un modelo de desarrollo y productividad, basado en la convivencia inclusiva y plural. Ese convivio incluye a todas las especies y sistemas que habitan la tierra. Un ejercicio pleno de ciencia con conciencia, como dice Edgar Morin, que nos permita volver a convivir con el planeta y los ecosistemas en términos más sostenibles. Una convivencia que asegure satisfacer las necesidades del presente, sin comprometer los recursos de las futuras generaciones”, expresó Matías Bonfiglio, quien estuvo a cargo del diseño, dirección general y montaje de la obra, junto a Melisa Perezlindo, que participó en el diseño y modelado en relieve cerámico.
El mural, de 5 x 1 m, consiste en un modelado directo de arcilla roja española, con pátina de óxido de cobre y manganeso.