Noviembre 2019
Con más de 40 años de trayectoria en el campo de los recursos hídricos, a través de su labor docente y profesional, es uno de los máximos referentes en el tema en Argentina.
La Universidad Nacional del Litoral (UNL), a instancias de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH), entregó el diploma de Profesor Honorario al MSc. Ing. Víctor Pochat, uno de los máximos referentes en Argentina en el campo de los recursos hídricos, con una prestigiosa trayectoria de más de 40 años a nivel nacional e internacional. El acto se llevó a cabo el martes 5 de noviembre en la sala de Consejo Superior del Rectorado de la UNL y fue encabezado por el rector Enrique Mammarella, quien estuvo acompañado por el decano Raúl Pedraza y el director de la Cátedra UNESCO «Agua y Educación para el Desarrollo sostenible», con sede en la FICH.
“Este año es muy especial para los universitarios del Litoral. Además de celebrar el centenario de la Universidad, hemos podido reflexionar y mirar al futuro, reconocer el camino recorrido y lo que construimos día a día. En este marco, destacar la labor de una personalidad como Víctor es un hecho de suma trascendencia. No sólo sus aptitudes profesionales lo hacen merecedor de uno de los reconocimientos de mayor jerarquía que otorga la UNL, sino también sus valores, su calidez humana y su bonhomía. En una facultad que está pronta a cumplir 50 años, es justo y necesario reconocer a quienes contribuyeron al desarrollo de su disciplina angular y la han proyectado a nivel internacional”, afirmó Mammarella.
Pochat se incorporó al cuerpo docente de la FICH en 1983. Desde 1985 hasta su jubilación, fue Profesor Titular Ordinario de la UNL, responsable de la asignatura «Planeamiento de los Recursos Hídricos», de la carrera Ingeniería en Recursos Hídricos de la FICH, y desde 2008 es docente invitado de la Maestría en Gestión Integrada de los Recursos Hídricos, carrera interinstitucional que comparte la UNL con las universidades nacionales de Cuyo y de Córdoba.
“Es muy grato participar de este acto y celebramos esta merecida distinción que otorga la Universidad a Víctor por sus más de 40 años de trayectoria y sus significativos aportes para el desarrollo de los recursos hídricos, no sólo de nuestro país sino también de América Latina. Estamos orgullosos de tenerlo en nuestro cuerpo docente”, subrayó Pedraza.
La labor docente de Pochat, sumada a su desempeño en la función pública y su protagonismo en los principales foros, asociaciones y redes en el país y en el extranjero, conforman una extensa y prestigiosa trayectoria que –entre otros merecimientos– lo hizo ganador del premio «Agua 2018», de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco, siendo el primer latinoamericano en recibirlo por sus acciones ejemplares a favor del medio ambiente y de la preservación del planeta.
“En los últimos años me ha tocado recorrer distintos lugares del mundo, encontrarme con personas de muy diferentes latitudes y en muchas oportunidades, cuando ellos me reconocían argentino, lo primero que hacían era preguntarme por Víctor. Mi amigo, con toda su simpleza, se había convertido en un referente en cada uno de esos lugares que me tocó visitar. Pero sigue siendo Víctor, un maestro y un amigo del cual no puedo dejar de sentirme orgulloso, porque su excelencia profesional lo enaltece pero no reemplaza su calidad y calidez humana. Por eso agradezco tener la posibilidad de estar aquí y ser parte de este merecido reconocimiento. Shakespeare dijo que a algunos la grandeza les queda grande. En el caso de Víctor, la grandeza se viste de humildad para enseñarnos que el trabajo cotidiano y una conducta de vida son el camino para lograrlo. Gracias, Víctor, por ser un ejemplo, por señalarnos el camino y sobre todo por destacarnos que los afectos y la condición humana están por encima de todo”, expresó Schreider.
Visiblemente emocionado, al punto de tener que interrumpir en varios tramos su discurso, Pochat agradeció a toda la comunidad de la FICH y de la UNL que acompañaron esta designación y afirmó: “estoy sumamente honrado por esta distinción que hoy recibo. Cuando me ofrecieron incorporarme a la FICH en el año 1983, me encontré en un ámbito excepcional. Un cuerpo directivo y docente fraterno y alumnos que luego fui encontrando con los años, desempeñándose como excelentes profesionales en distintos ámbitos de Argentina y del extranjero. Quiero agradecer a todos ustedes este modo de culminar mi carrera y a mi esposa, que cuando venía los viernes desde Buenos Aires a Santa Fe para dar clases, no se disgustaba porque sabía que venía a mi casa”.